LA ASERTIVIDAD EN LA COMUNICACIÓN

La forma habitual de comunicarnos, complementado con el lenguaje corporal, describe con énfasis nuestras cualidades, cortesías y estilos. No siempre brindemos, probablemente, trascendencia a la manera de manifestarnos para, a partir de allí, indagar la imagen que proyectamos.

En esta ocasión deseo comentar varios aspectos influyentes en la formación de la imagen (buena o mala) al momento de comunicarnos. Si el diálogo se produce en ámbitos laborales mayor debe ser el empeño para afirmar una apariencia coherente con nuestra actividad, preparación y rango cultural.

La comunicación refleja mucho más de lo imaginado a simple vista. Al conversar somos colocados en una “vitrina de observación” que trasluce elementos tan interesantes como la autoestima, el carácter, la tranquilidad anímica, etc. Determinadas personas rehúyen percatarse que el “retrato” emitido las perjudica en su relación interpersonal y genera rechazo a su alrededor.

Con reincidencia, por mi quehacer académico, observo profesionales de amplias destrezas. Sin embargo, su modo de comunicarse desdibuja sus legítimos méritos laborales. Compruebo un evidente desnivel entre su grado de conocimientos (destrezas duras) y paralelamente su deficiente perfil. La educación, la cultura y su composición interior influyen en este asunto de modo determinante. En tal sentido, sugiero preocuparse del progreso integral.

La comunicación se puede considerar como el medio que alimenta los sistemas sociales, facilita la integración, modifica la conducta, hace productiva la relación humana, ayuda a la mejor comprensión personal y organizacional y, especialmente, convierte fluida y positiva la coexistencia. Amigo lector, al comunicarse todos adoptamos una actitud que puede abrir o cerrar puertas en nuestro accionar cotidiano. Veamos de qué se trata.

Primero, hablemos del “comportamiento sumiso”. Es típico en hombres tímidos, con baja autoestima y actitudes obsecuentes. Lo tienen aquellos que permite la violación de sus derechos y se singulariza por evitar conflictos. No emiten sus pensamientos, niegan sus necesidades, intereses y recursos; evitan situaciones riesgosas, confrontaciones y conflictos; muestran inferioridad, temen decir “no”, hablan en voz baja y emite pobres señales no verbales.

También, tenemos el “comportamiento agresivo”. Es frecuente en seres poco tolerantes y en sociedades colmadas de confrontaciones y frustraciones que alimentan este modo pernicioso de comunicación y, además, genera mayores niveles de conflictividad. Se caracteriza por violar los derechos y creencias ajenas y crear tensiones inútiles. El sujeto expresa sus ideas con la finalidad de dominar e imponerse en relación al resto.

Esta práctica oculta inseguridad; suelen ser hostiles y autoritarios; utilizan insultos, gestos amenazantes, lenguaje ofensivo con doble sentido; desprecian las opiniones ajenas, pierden autocontrol, formulan sus impresiones de manera inadecuada, culpan a otros cuando se equivocan y terminan con manifestaciones de rabia.

Por último, existe el “comportamiento asertivo”, tan requerido de aplicar en colectividades con altos índices de intransigencia. La palabra asertividad proviene del latín “assevere”, “asertum” y revela “afirmar”. Es decir, indica aseveración de la personalidad, confianza en sí mismo, aplomo, vitalidad pujante, seguridad y eficiencia. Es el proceso de exteriorizar sentimientos, dar y recibir retroalimentación.

Las personas asertivas poseen particularidades enaltecedoras. Se sienten libres para manifestarse, pueden conversar con semejantes de todos los niveles, procedencias o características de forma abierta, directa, franca y adecuada, actúan con un proceder respetable, comprenden que no siempre se gana, aceptan sus limitaciones, admiten o rechazan a los sujetos con delicadeza, mantienen contacto visual y buscan una reciprocidad sincera.

Recuerde: la comunicación, en cada uno de nosotros, es la conclusión y expresión de una variada reunión de elementos internos -conscientes e inconscientes- como la autoestima, el temperamento, la inteligencia emocional, la empatía, entre otros, que se recomienda analizar y perfeccionar a fin de ofrecer una imagen afable, segura, ponderada y coherente con el proceso de creciente evolución en el que debemos estar inmersos. Soslaye descuidar sus implicancias y preponderancia en la imagen que su entorno se harán de usted.

Debemos dar su real significación al trato con los demás y, con especial énfasis, en el ámbito profesional y, por lo tanto, en un encuentro de negocios o una entrevista laboral en donde seremos evaluados con detenimiento por nuestros interlocutores. Al emplear la asertividad tengamos en cuenta que ésta trasluce equidad espiritual, grado de adiestramiento, solventes habilidades blandas, manejo emocional y amplias facultades para una saludable convivencia humana. Haga de esta herramienta un “puente” favorable de entendimiento y, en consecuencia, de elevada calidad de vida.

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Redactado por Wilfredo Pérez, Experto en Etiqueta y Protocolo

30 Noviembre 2022, Perú

Categoria: Etiqueta de Negocios

Referencia: WP30112022EN   

“Somos una empresa de desarrollo de capacidades que conecta valores, culturas, organizaciones, individuos y sociedades en todo el mundo”

VISITA A LA EMBAJADA DE LOS PAISES BAJOS ANTE MÉXICO

24 November 2022, Mexico City

Nuestro agradecimiento a Isabelle Niekrake consejera para asuntos económicos de la Embassy of the Kingdom of the Netherlands in Mexico, por la calurosa bienvenida que brindó a los representantes de la Academy of Soft Diplomacy | Protocol | Global Mindset el día de 24 de noviembre en la Embajada.

Durante esta visita, hemos explorado la colaboración entre la Embajada y la Academia ProtocolToday para asesorar y capacitar a empresarios holandeses y mexicanos para sus misiones comerciales entre los dos países para crear un puente de entendimiento y vinculación que abarcará aspectos culturales, protocolo empresarial moderno. , ética y etiqueta, entre otros para minimizar malentendidos y hacer negocios exitosos para impulsar la economía.

Our thanks to Isabelle Niekrake, Counselor for Economic Affairs of the Embassy of the Kingdom of the Netherlands in Mexico, for the warm welcome she gave to the representatives of the Academy of Soft Diplomacy | Protocol | Global Mindset on November 24 at the Embassy.

During this visit, we explored the collaboration between the Embassy and the ProtocolToday Academy to advise and train Dutch and Mexican business people for their trade missions between the two countries to create a bridge of understanding and bonding that will cover cultural aspects, business protocol, ethics and etiquette, among others, to minimise misunderstandings and make successful businesses boost the economy.

Wilfred Mohr Lowina Broens Anne Le Guellec Steven Büter NBSO Mexico/Querétaro Holland House Mexico Carolina Morales de Zubiria Carin Verbree Adriana FLORES Almendra Pérez Mónica Muñoz Ministerie van Buitenlandse Zaken RVO-Handelsmissies met Ministers Secretaría de Relaciones Exteriores de México Secretariat of Economy Jose Antonio Zabalgoitia Dewanand Mahadew

PROTOCOLO – MEDIO DE COMUNICACIÓN EN LA POLÍTICA

PROTOCOLO – MEDIO DE COMUNICACIÓN EN LA POLÍTICA

Una forma de mantener el poder de un gobierno.

Dentro de las estrategias de marketing político que desarrollan los partidos políticos para convencer al electorado, el protocolo cumple un papel fundamental.

Los políticos en carrera saben que la imagen es uno de los instrumentos más poderosos que deben mostrar ante la sociedad. No es lo mismo transmitir la imagen fuerte y consistente en el transcurso de los actos, que una débil y desordenada. La manera en que muestran a la ciudadanía cómo son y qué proponen a través de los medios de comunicación o las redes sociales es fundamental y, en la puesta en marcha de ese marketing político, el protocolo es clave.

Los valores que la sociedad debe percibir en un político como parte de su imagen, están relacionados en primer lugar con la confianza, la credibilidad, la honestidad y la integridad.

El político actual debe ser humanista, debe tener sensibilidad y alto sentido de la tolerancia. Más que nadie el político está obligado a mostrar solidaridad con los grupos marginados y ser guardián de la pluralidad y la diversidad ideológica de estos tiempos. 

Considero que la aplicación del protocolo es una excelente forma de mantener el poder de un gobierno y lo entiendo también como una forma de prestigio y no sólo de autoridad reconocida. Es también una manera de conseguir el reconocimiento y la confianza por parte de la sociedad.

La ausencia o no de banderas, el vestuario de los protagonistas o la elección de una música u otra en un acto político comunican más de lo que creemos.  Si hablamos de vestuario, no solo hablamos de la vestimenta acorde para ese momento, también hay que tener presente el comportamiento adecuado a las situaciones que se viven en esos instantes. Aquí, se incluyen el respeto, la educación y la amabilidad, todo transmitido mediante una comunicación.

En función de los actos en los que participen los candidatos políticos, los requisitos de protocolo variarán, pero siempre es necesario cumplirlos ya que lo que se pretende es mostrar un político de calidad.

El protocolo no debe ser algo atemporal que no pueda cambiarse, sino que tiene que adaptarse a los tiempos y a las circunstancias. Tomar una u otra decisión en cuestiones protocolarias puede determinar la reacción de los ciudadanos y, con ello, determinar su voto.

El protocolo debe reflejar la esencia adecuada de cada político.

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Escrito por Redactactado por Gustavo Caballero, Periodista, Locutor y Especialista en Ceremonial y Protocolo

26  de Noviembre 2022, Argentina

Categoría: Protocolo de negocios

Rrencia: GC261122PN

“Somos una empresa de desarrollo de capacidades que conecta valores, culturas, organizaciones, individuos y sociedades en todo el mundo”

¿QUÉ ES EL CÓDIGO DE ÉTICA?

Hace unos días se celebró en Lima el 52 Período Ordinario de Sesiones de la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA). Gracias al impecable protocolo trabajado por este organismo, en coordinación con el Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú, el encuentro fue exitoso y concluyó en importantes acuerdos.

Sin embargo, una noticia vinculada a su secretario general, el abogado, diplomático y político uruguayo Luis Almagro Lemes -que trascendió en círculos noticiosos- coincidió con la clausura de este cónclave: supuestamente habría una “infracción al Código de Ética de la OEA, pues un integrante de esta organización no puede tener relación amorosa con una colega al punto de que esto interfiera en su labor o represente una desventaja para los demás trabajadores”, señaló la agencia Associatted Press (AP).

Este asunto se conoció hace cierto tiempo a través del libro “Luis Almagro no pide perdón”, publicado en noviembre de 2020 por Gonzalo Ferreira y Martín Natalevich, en el que tanto el titular de la OEA y su novia, la politóloga mexicana y funcionaria de este organismo Marián Vidaurri, hablaron de su lazo sentimental.

En tal sentido, es propicio referirme a la trascendencia del “Código de Ética”. Según César Vieira Cervera, autor de la obra “Código de Ética: Mucho más que buenas intenciones” (2015): “Constituye un documento que reúne un conjunto de principios o normas éticas que regulan los comportamientos de todos los que integran una organización, incluidos los directivos”.  

Es decir, guía las funciones o actividades de los individuos en su vínculo con las variadas audiencias (trabajadores, compradores, proveedores, comunidad, gobierno, medio ambiente, entre otros). Recomiendo realismo, concisión y claridad; explicar el por qué y para qué de cada norma; preponderar el bien común sobre los intereses personales. Aparte de encarnar un compromiso activo y permanente y, por lo tanto, una puesta en acción de los valores que permitan una sana convivencia.

Es conveniente destacar los valores corporativos como factores destinados a propiciar cualidades internas y externas; ayudan a comprobar si van por el camino correcto para alcanzar sus metas y tienen vital trascendencia en la imagen institucional. Representan una especie de “columnas vertebrales” que compromete a todos sus colaboradores sin excepción. Es una de las fuentes principales de las que se nutre el “Código de Ética”.

Convendría incluir principios representativos como la probidad, la prudencia, la justicia, la idoneidad, la responsabilidad, la legalidad, la veracidad, la discreción, la lealtad, la transparencia, la equidad, la independencia de criterio, la igualdad, la solidaridad, la eficiencia, el honor y la neutralidad. Son los que vienen a mi mente al momento de definir aquellos que están por encima de jerarquías o responsabilidades.

Según la estructura orgánica de la empresa se asigna la oficina encargada de su elaboración. Puede ser compartida o tener injerencia el departamento de asuntos jurídicos en coordinación con Recursos Humanos. Del mismo modo, puede convocarse a una compañía consultora o experto independiente. Su diseño demanda conocer la visión, misión, valores y políticas, entre diferentes aspectos medulares.

Su aplicación debe estar antecedida de un proceso de inducción, acompañamiento e incentivos. Es un documento sustancial en la medida que su validez sea transversal y su cumplimiento esté reflejado, con especial énfasis, en sus líderes con el afán de constituir modelos de actuación y evidenciar probidad y consistencia. Éstos deben exhibir la convicción sincera de incluir la ética en la marca y reputación corporativa.

Aconsejo contar con una instancia -con frecuencia llamada Comité de Ética- comisionada para su acatamiento y resolución de consultas sobre el “Código de Ética”, que podrían integrar personalidades de renombre o estar a cargo de un área específica. De esta forma, promueve la difusión de lo establecido en el código; diseña planes de reforzamiento y capacitación; aconseja la suscripción de convenios; evalúa infracciones y propone medidas de perfeccionamiento; absuelve dudas de sus integrantes; formula advertencias para propiciar un desempeño alineado con los objetivos institucionales.

¿Es lo mismo el “Código de Ética” y el “Código de Conducta”? Una diferencia fundamental es que el primero presenta los valores de forma general sin describir situaciones específicas o posibles sanciones a sus trasgresores. Mientras el segundo instaura reglas concretas y, al mismo tiempo, precisa prohibiciones y castigos. En ocasiones se confunden o asumen como sinónimo. El primero es público; el segundo es interno y está inspirado en lo expuesto en el primero. Podríamos afirmar que el “Código de Conducta” reglamenta los enunciados globales del “Código de Ética”.

Concurren indiscutibles avances en la concepción de la ética global. A partir de 1973, en el Tercer Foro Económico Mundial de Davos (Suiza) se propuso un “Código de Ética” para la gestión empresarial. Posteriormente, en el Foro Económico Mundial (1999), el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) Kofi Annan, planteó un Pacto Mundial basado en la responsabilidad pública, la transparencia y la defensa de los intereses empresariales, las entidades laborales y la sociedad civil para ejecutar medidas encauzadas al logro de sus principios.

Prevalece una inocultable diferencia en la forma como se concibe la ética. Tengamos presente que “está íntimamente ligada al desarrollo humano integral, refleja la biografía de la persona y el proceso de socialización por el cual ha atravesado y terminó moldeando un sistema de valores, actitudes y comportamientos”, refirió Carlos Darcourt Hurk en su documentada ponencia “Ética, Código de Ética y la Defensoría del Asegurado de Essalud” (2002).

En el ámbito privado cada vez es más creciente su interés e implementación como un elemento encaminado a prestigiar, vislumbrar y otorgar realce al servicio o producto generado. Por lo tanto, fideliza, fortalece el clima laboral, atrae a los mejores profesionales, entre múltiples cualidades inherentes a su práctica. Va mucho más allá de evitar sucesos ilegales o contener disposiciones sancionadoras: contribuye a reforzar la vigencia de los valores y concebir estrategias que refuercen las conductas deseables para alcanzar el bienestar.

No obstante, en el sector estatal persisten ostensibles silencios e incomodidades; se asume cómo una intromisión y subiste ausente empeño para su cabal vigencia. En síntesis, es espinosa, controvertida, atiborrada de desencuentros y vista como una “camisa de fuerza” que impone medidas que, además, están sometidas a la vigilancia colectiva. A pesar de los avances legales surgidos en los últimos años -en el caso peruano existe la Ley del Código de Ética de la Función Pública (Ley Nro. 27815, promulgada el 12 de agosto del 2002)- perduran reticencias sobre su plena incorporación.

A nivel internacional la opinión pública ha logrado conocer sucesos referidos a corrupción, conflicto de intereses, negociación incompatible, entre otros, gracias a las disposiciones imperantes -inexistentes hasta hace algunas décadas- en la esfera del Estado. A ello conviene agregar el rol de las agrupaciones no gubernamentales, los medios de comunicación y de una población capaz de ejercer una ciudadanía alerta frente al papel de sus autoridades. La ética, como es obvio, pone en aprietos a quienes acceden a la función pública con la oscura intención de plasmar usanzas sórdidas.

Soslayemos percibir el “Código de Ética” como un texto jurídico, barroco, improbable y distante de las más urgentes prioridades corporativas. Debe entenderse su valía con el propósito de afianzar un obrar digno y acorde a sólidos postulados y directrices. Quiero evocar las lúcidas palabras que me dedicó uno de los hombres más ilustres del siglo XX en el Perú, el insigne y recordado defensor del patrimonio ambiental Felipe Benavides Barreda (1917-1991): “Ética, como todo en la vida, es la mayor fuerza que tiene el hombre para defender la vida”. http://wperezruiz.blogspot.com/

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Redactado por Wilfredo Pérez, esperto en protocolo, ceremonial, etiqueta social y relaciones públicas.

1 Noviembre 2022, Perú

Categoria: Ética Profesional 

Referencia: WF1112022EP    

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