¿SABE USTED QUÉ ES EL ÉXITO?

En nuestra sociedad se relaciona el éxito con la conclusión final de notables actuaciones profesionales y, en consecuencia, se tiene la percepción que se debe reflejar en la posesión de bienes materiales, estatus, poder, fama y otros componentes. Por esta razón, conviene desarrollar una noción discrepante.

Es común encontrarnos con personas -de todas las edades, procedencias y condiciones- que trabajan, ahorran y luchan por alcanzarlo. A mi parecer existe la impresión errada que el éxito es lejano, inalcanzable y, por cierto, se socia con el confort y prestigio social.

El próspero magnate mexicano Carlos Slim Helú -uno de los hombres más ricos del mundo- brinda una apreciación interesante, sencilla y diferente: “El éxito no tiene que ver con lo que mucha gente se imagina. No se debe a los títulos nobles y académicos que tienes, ni a la sangre heredada o la escuela donde estudiaste. No se debe a las dimensiones de tu casa o de cuantos carros quepan en tu cochera. No se trata si eres jefe o subordinado; o si eres miembro prominente de clubes sociales. No tiene que ver con el poder que ejerces o si eres un buen administrador o hablas bonito, si las luces te siguen cuando lo haces. No se debe a la ropa, o si después de tu nombre pones las siglas deslumbrantes que definen tu status social. No se trata de si eres emprendedor, hablas varios idiomas, si eres atractivo, joven o viejo”.

Asimismo, en su carta a la comunidad universitaria (1994) presenta una reflexión profunda y veraz: “…El éxito no es hacer bien o muy bien las cosas y tener el reconocimiento de los demás. No es una opinión exterior, es un estado interior. Es la armonía del alma y de sus emociones, que necesita del amor, la familia, la amistad, la autenticidad, la integridad”.

Desde mi punto de vista los halagos, ascensos y distinciones recibidos, a nivel profesional y laboral, no siempre son sinónimo de triunfo. Relacionarlo con lo externo es un error. Su plena obtención se observa en el mundo interior de cada uno de nosotros. En nuestro ser íntimo, espiritual y, por lo tanto, en la actitud asumida frente a la vida.

Me gustan las palabras del intelectual mexicano José Luis Barradas Rodríguez: “Tener éxito en las pequeñas cosas que haces, levanta el ánimo, la autoestima y te prepara para tener éxito en las grandes cosas que hagas”. Allí está el punto central de mi reflexión. La victoria empieza con las realizaciones y conquistas forjadas por la perseverancia y el empeño inspirados en la autoestima.

Depurar la esfera interna de miedos, sospechas, obstinaciones, rencores, complejos y sentimientos negativos que contaminan la visión positiva del mañana y, por lo tanto, nos aminoran. Seamos capaces de efectuar una intensa limpieza interior a fin de alcanzar nuestro desarrollo y crecimiento.

Rehuyamos inquietarnos tanto, como es habitual en sociedades del tercer mundo, por lo externo. Un experto con sobresalientes títulos académicos, buen salario, automóvil del año, cuantiosas tarjetas de crédito, prendas de vestir de última moda, socio de representativos clubs sociales y, no obstante, abrumado por odios, cargos de conciencia, prejuicios, frustraciones, desamores familiares, etc. ¿Será exitoso? Probablemente, quienes no conocen los pormenores de su esfera individual podrían envidiar su “éxito”.

Evitemos colocar este calificativo a un mortal solo por sus méritos laborales y económicos. Veamos por encima de lo relacionado al trabajo para valorar otros ámbitos -no percibimos a simple vista- y enjuiciar lo alcanzado por nuestros semejantes. Seamos acuciosas y profundos en nuestras observaciones. También, tomemos con serenidad lo que puedan hacernos creer sobre nuestros supuestos triunfos.

En más de una oportunidad pienso en su compleja definición. Cada uno tiene, con todo derecho, su evaluación e interpretación que está reflejada en las acciones destinadas a conseguir el éxito. Un hombre puede creer que el éxito es tener un empleo, para otro ser gerente general y para un tercero convertirse en el dueño de la compañía. Lo cuestionable es “uniformizar” necesariamente el éxito con lo superficial, material y monetario, sin tomar en cuenta lo ofrecido por la vida para lograr la superación personal, más allá de la competitividad en el mercado laboral.

Hace pocas semanas dos de mis alumnas del Instituto San Ignacio de Loyola (ISIL), Allinson Liza y Fiorella Larrea -estudiantes llenas de empeños, talentos, esperanzas, buenas voluntades y que alimentan nuestra ilusión en la docencia- me preguntaron: ¿Cuál piensa usted que es el factor para el éxito? Respondí: “Creo que el éxito está en una suma de pequeños detalles. Si la recuerdan cuando se va; si deja una huella positiva en esta vida; si a lo largo de su trayectoria echó semillas y otros las recogieron; si hay más gente que la considera a usted su amiga, que a los que usted supone sus amigos; si logra levantarse todos los días con la conciencia tranquila, exhibiendo las manos y los bolsillos limpios; si tiene paz interna y disfruta de su trabajo, es exitosa. De tal manera que, mi definición difiere de la que, por costumbre, se tiene en nuestro medio”. Bienvenido el éxito, amigo lector.

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Redactado por  Wilfredo Peréz, Docente, consultor en organización de eventos, protocolo, imagen profesional y etiqueta social.

31 Mayo 2022,  Peru 

Categoria: Etiqueta 

Referencia: WP31052022E

Potografía: Aziz  Acharki

“Somos una empresa de desarrollo de capacidades que conecta valores, culturas, organizaciones, individuos y sociedades en todo el mundo”

PRIMERAS IMPRESIONES DE CALIDAD

A medida que el mundo de los negocios reabre lentamente después de Covid, muchas personas encuentran la necesidad de in-conexiones personales para entrevistas de trabajo, primer día en el trabajo, carrera, ferias o tal vez redes eventos. Cualquiera que sea la razón de sus interacciones cara a cara, esté preparado para convertir su conexión en un intercambio destacado. Seguidamente presento seis pasos para lograr que la calidad sea la primera impresión al acercarse a los demás.

Párese durante una presentación: a menos que esté en la mesa del comedor o tenga algún impedimento que podría causarle dificultad para hacerlo, debe ponerse de pie. No es solo un detalle profesional; es un gesto cortés que muestra respeto. Eso evidencia a la otra persona que estás ansioso por conocerla.

Sonríe: ¡mejora tu valor nominal! La sonrisa es un lenguaje universal. Usted puede estar usando un vestido de diseñador o un traje a la medida, pero una sonrisa cálida es una característica valiosa y positiva que añadirá valor a tu apariencia y proyecta una actitud amigable.

 Haz contacto visual: evita mirar al suelo o al paisaje detrás de la persona. Mirar a las personas directamente durante una presentación y al mantener una conversación con ellos. Eso ayuda a construir confianza y muestra su interés en los demás. Existen muchas personas con baja autoestima en esta área. Si necesitas ayuda, prueba este consejo; al hablar con alguien, mira el puente de su nariz; parecerá que todavía los estás mirando a los ojos.

 Dar la mano: muestre excelentes modales para dar la mano; use la mano derecha, lo que es aceptable para la mayoría de las culturas a nivel mundial.

Agite durante aproximadamente dos o tres segundos o dos bombas manuales hacia arriba y hacia abajo. No hay pescado marchito débil ¡apretones de manos y nada de aplastamiento de huesos tampoco! Si tiende a tener las manos sudorosas, séquelas antes de estrecharlas. Mantenga un pañuelo en la mano para un secado rápido. Nadie quiere estrechar una mano mojada.

Diga su nombre: diga su nombre y apellido. Si tienes un título honorífico o como Dr. o Mrs. o una designación como PhD, M.D. o Esq., evite usarlo para usted mientras hace las presentaciones generales. Solo da tu nombre. Puedes usar el honorífico si necesaria en la introducción, como cuando un médico se encuentra con la familia de un paciente por primera vez.

Repita su nombre: cuando se presente, repita el nombre de la persona para asegurarse de que está pronunciándolo correctamente. También te ayuda a recordar su nombre y hace que el otro semejante se siente respetado. Repita su nombre nuevamente al despedirse y hágales saber que fue un placer conocerlos. Si olvida el nombre, simplemente discúlpese y pídale para repetirte su nombre. Por cierto, si alguien pronuncia mal tu nombre corríjalos amablemente.

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Redactado por  Renita Jackson, Especialista en Etiquette.

06 Mayo 2022,  USA 

Categoria: Etiqueta de negocios 

Reference: RJ06052022BE    

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MANEJO DE CONFLICTOS

Los conflictos son inevitables. Mientras los humanos caminen sobre la faz de la tierra, habrá enfrentamientos. Desde problemas menores como programar dos citas simultáneamente en su planificador hasta disputas entre familiares y compañeros de trabajo o desacuerdos políticos dentro del gobierno, todos se enfrentarán a conflictos en algún nivel y de alguna manera.

En su mayor parte, nadie quiere entrar en un conflicto o desacuerdo personal intencionalmente. Los conflictos pueden causar un gran revuelo de emociones crudas y defensas. Si no se maneja correctamente, puede causar muchos malentendidos, relaciones rotas, dificultades financieras, reacciones inesperadas u otros asuntos y problemas.

Uno de los mejores protocolos para manejar conflictos es evitar los problemas antes de que surjan. Sin embargo, esa no es siempre una opción.

Al manejar el conflicto, tenga en cuenta estas pautas:

Inmediatamente: cuando surja un problema inevitable, abordelo de inmediato o lo más rápido posible para evitar que la situación se agrave aún más. No permita que el conflicto fermente. Muchos problemas desagradables se pueden resolver de manera más civilizada si se abordan con prontitud. Accidentes, errores y resbalones ocurren. Intenta hacer correcciones para enmendar la situación y avanzar cuando lo hagan.

Profesional: maneje los conflictos de manera profesional. Es posible que algo haya salido mal y no de la manera planeada inicialmente; sin embargo, no rompa el protocolo de ser profesional. Piense en soluciones razonables y agradables para rectificar el error.

Privado: cuando ocurre una situación negativa (y una vez más, ocurrirá), si es posible, intente resolver el problema en privado con todas las partes involucradas. ¿A quién afecta el conflicto? Si el asunto solo concierne a otra persona o a un pequeño grupo de personas, mantenga el caso solo con ellos.

Es crucial recordar manejar el problema en privado solo si se puede hacer en un entorno seguro y sin causar más daño a otra persona o algo más.

Público: si su conflicto fue público, podría ser necesario manejar la resolución públicamente. Esto puede incluso implicar disculpas públicas o correcciones. Si es así, tómalo sin dramatismos y con la mayor profesionalidad posible.

“Haz elecciones sabias. Cada elección que haces tiene una consecuencia”.

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Redactacto por Renita Jackson, Especialista en Etiqueta 

06 April 2022, E.U.A

Categoría: Etiqueta

Referencia: RJ06042022E    

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REFLEXIONES Y TIPS DE BUEN COMPORTAMIENTO

Con frecuencia escuchamos, en personas de variadas edades y actividades, unas cuantas de las siguientes frases para pretender justificar sus deficientes modales: “yo soy así”, “estoy estresado”, “así me pongo en momentos de tensión”, “que no se metan conmigo”, “la etiqueta social son cosas del pasado”, etc. Podría continuar formulando un listado de las aseveraciones empleadas.

Sin embargo, debo subrayar lo que, al parecer, desconocen o rehúyen analizar múltiples hombres y mujeres. El comportamiento trasluce la vigencia del respeto, la tolerancia y el diálogo; fortalece la disposición del lazo humano y, por lo tanto, de la convivencia; realza la personalidad; fomenta una percepción favorable; enaltece el perfil profesional y constituye una excelente carta de presentación.

¿Por qué es difícil observar una correcta actuación?  Son abundantes las motivaciones que influyen en el cada vez más deteriorado y lacerante clima de coexistencia colectiva. Factores como las habilidades blandas, la educación, la cultural, el entorno, entre otros, explican -más no apoyar- lo acontecido.

A mi parecer, es incongruente continuar inmensos en la “zona de confort” -cruzados de brazos, distantes e indolentes- y desde allí cuestionar esta dramática realidad que afecta el bienestar, la salud emocional, la armonía y el discernimiento entre seres pensantes. Debemos actuar; sí, debemos actuar en nuestro campo de desenvolvimiento.

En tal sentido, comparto concisos y específicos aportes enfocados a lograr una conducta acertada. No se requiere recurrir a un “manual” o “curso” de etiqueta social, tampoco pretender conducirse de forma rígida, inflexible y superficial. Solamente se exhorta utilizar el criterio, el sentido común y la convicción de adjudicarnos una papel diferente, cualitativo y positivo encaminado a una saludable conexión entre hombres y mujeres. ¡Empecemos!

Puntualidad. Aplicar esta regla de oro es sinónimo de finura, organización y disciplina. Sugiero emplear los medios tecnológicos y, especialmente, su celular para calcular tiempos, distancias, tráfico vehicular y convertirla en una cultura particular. Su práctica puede beneficiarlo en el quehacer corporativo y, por cierto, genera atención y seguridad.

Saludo. Es el primer suceso establecido en la correlación humana -por efímera que sea- y, además, describe la inteligencia interpersonal. Tenga en cuenta: mire a los ojos, sonría, extienda la mano con seguridad (según el caso) y trasmita un mensaje oral agradable. Son pautas altamente propicias para generar una afable impresión. Hágalo con un ademán cálido que refleje su educación. El caballero deberá inhíbase de jalar el brazo de la dama para darle un “beso” en la mejilla que ésta no ha autorizado. Conozco un sinfín de caballeros, incluyendo maestros de ceremonias y asesores en protocolo y afines, con esa incómoda e irrespetuosa manía.

Discreción. Renuncie a la pegajosa costumbre de formular preguntas o comentarios personales. Son lamentables las habladurías acerca de pormenores sentimentales, enfermedades, desgracias y averiguaciones privadas. Guardar silencio es inherente en un ser mesurado y una hazaña en una comunidad inelegante e impertinente. Asumir un talante reservado inspira confianza. No olvide: “La prudencia se detiene, donde la ignorancia ingresa”.

Autocontrol. Es imperativo ocuparnos de la empatía y la afamada inteligencia emocional con el propósito de controlar reacciones inadecuadas; muestre madurez, ponderación y equilibrio. Lecturas, capacitaciones y ciertas actividades contribuyen a desarrollar esta capacidad impostergable en períodos de aguda confrontación y desencuentros. Evite impulsos acalorados, subidos de tono y agresivos: administre sus intransigencias.

Celular. Es una herramienta de comunicación importante, no un juguete para lucir en público. Jamás se pone en la mesa como cubierto; póngalo en silencio en lugares cerrados; obvie contestar sin antes pedir permiso y retirarse; úselo con cautela. Absténgase de atender sus redes sociales mientras sostiene una conversación, se interpretará como un gesto de descortesía. Miro esta censurable rutina en autodenominados “expertos” en urbanidad desesperados por atender a la supuesta novia. Rebélese ante la actual inopia y resignación masiva que enfrentamos.

Dejar en visto. De este germen nadie se salva. Es un mal que se caracteriza por su rápida y masiva propalación en épocas de apremios e indelicadezas. Podría resolverse a partir de transparentar los instantes en que está enlazado con los medios virtuales; eluda colocar todo el tiempo “conectado”. Así informa los momentos de disponibilidad. Responda con inmediatez dentro de las siguientes 24 horas.

Imagen personal. Es una afirmación de autovaloración y consideración: cuide su vestimenta, aseo y arreglo individual. La apariencia y el atuendo retratan su estado anímico; son códigos significativos de su concepto de sí mismo. Puede ser determinante para abrirle o cerrarle puertas en su conexión empresarial. Esto me trae a la memoria a un fingido “especialista” protocolar que acude en buzo a trabajar a una empresa consagrada a la planificación de graduaciones universitarias.

Consumo de alimentos. Su actuación lo expone más de lo imaginado. Prescinda sentarse cuando esté aquejado por una enfermedad; realice un saludo general cuando los invitados están en sus asientos; esquive interrogar al que declina beber o saborear algo de lo ofrecido; entable charlas atractivas; no se retire al menos que sea urgente; el anfitrión es el primero en comenzar a comer; los asistentes se ubicarán en los sitios indicados por quien preside el encuentro, no pretenda hacerlo junto a quien usted desea como intentan seres con pobres habilidades sociales y exiguo mundo. Aconsejo portarse con tino.

Visitas. Nunca se hacen, incluso a allegados de confianza, sin antes anunciarse mediante una llamada telefónica o por algún otro medio; menos en las horas de los alimentos. Si es un suceso urgente permanezca el tiempo atinado y sortee poner en aprietos a los dueños de casa. Eso me recuerda a familiares y amigos -próximos a mi domicilio- que durante muchos años han incomodado, a mis padres y a mí, con su improperio y distorsionada interpretación del estrecho vínculo existente. Todavía debo enfrentar en ciertas coyunturas esta desprovista manifestación de educación y sensatez.

“Gracias” y “Por favor”. Son expresiones de elevada performance. Es poco usual; no obstante, esta espontánea y sincera usanza lo diferenciará en tan fecundo océano de agrestes costumbres. Constituyen términos seductores, explícitos de su óptima formación y hacen grata nuestra alternancia. Comience a usarlos en su diálogo cotidiano.

Valores. Componen una guía orientadora de nuestras obras en la vida. Poseer una sólida estructura moral definida, entre otros, por la solidaridad, la honradez, la lealtad y la tolerancia, enaltecen la conducta. Aconsejo interiorizarlos con coherencia, dignidad y convertirlos en una de las columnas que prescriba sus actos e inspire su porvenir.

Aprendamos a sostener un trato recíproco sin distinción de estatus, estados anímicos, jerarquías, edades o procedencias. De allí que, reitero, ello implica un mínimo de amplitud crítica y reflexiva para eludir reclamar lo que soslayamos dar al semejante. Seamos equitativos, justos y mutuos. Atesoremos como preponderante objetivo “humanizar” el espacio en el que interactuamos…¿Qué opina?

Probablemente este propósito exige renunciar a esa postura egoísta, apática, frívola e insensible. ¿Qué le parece si comenzamos a corresponder al prójimo como desearíamos ser tratados? ¿No sería un gesto de nobleza y justicia? En cada uno de nosotros está el hermoso, imperioso e impostergable desafío de erigir una mejor sociedad. Todos estamos obligados a demostrar genuina entrega, dimensión humana y probados principios. ¡Piénselo!  http://wperezruiz.blogspot.com/

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Redactado por Wilfredo Pérez Ruiz, Docente, comunicador y consultor en protocolo, ceremonial, etiqueta social y relaciones públicas, escritor y co-editor de Maganine Mentalidad Global.

30 de Marzo 2022, Perú 

Categoría: Etiqueta 

Referencia: WP30032022EP

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LA “CRITICA” CONTRUCTIVA

Integramos una comunidad en la que no hemos sido preparados para dialogar, negociar, forjar entendimientos y hacer apreciaciones inspirados en la genuina intención de recapacitar acerca de realidades que deben corregirse o analizarse. Me refiero a la tolerancia frente a la “crítica”.

Empecemos aclarando el significado de este vocablo. La Real Academia de la Lengua Española lo define como lo que “se expresa públicamente sobre un espectáculo, un libro, una obra artística, etc.” como “examen y juicio”. Este término deriva de la palabra “criterio”.

También, es la función dirigida del intelecto crítico, emitida como opinión formal, fundada y razonada -imperiosamente analítica- con connotación de sentencia cuando se establece una verdad ante un tema u objeto concreto. En el lenguaje cotidiano es la reprobación o censura realizada de algo o alguien.

Entendida como una práctica destinada a examinar y explorar, la “crítica” debe ser común en las personas para poner en controversia sus determinaciones. Esta cualidad fomenta un contenido reflexivo y estimulante al desarrollo integral de los individuos. La mirada “crítica” exhibe una disconformidad que posibilita orientar mejores acciones y la continúa evaluación de los actos. Por lo tanto, es prioritario de llevar acabo en un medio carente de esta facultad.

No temamos, ni rechacemos la “crítica” cuando se diferencia por su magnitud introspectiva y sensatez. Su sano ejercicio hará capaces a los sujetos, en lo personal y grupal, de meditar sobre asuntos que, a simple vista, se asumen como válidos, ciertos y categóricos. No siempre es así. Para enfrentar con éxito las complejidades se requiere tener un alto índice de habilidad juiciosa y meditación constante.

Se recomienda alimentar la “crítica constructiva” a partir, entre otros elementos, de un proceso formativo que incluya el cuestionamiento positivo en el entorno familiar, social y educativo, y esté orientada ha profundizar los conocimientos y emociones. Aceptar órdenes, instrucciones y mandatos -sin usar el criterio de valor- obstruye el desenvolvimiento de esa extraordinaria posibilidad del ser humano, tan poco aprovechada, de someter a escrutinio las afirmaciones recibidas.

En tal sentido, sugiero aproximarse a la lectura. Una herramienta que subleva y hace al prójimo discrepante, agudo y analítico. Además, compromete la ampliación de nuevas virtudes; ayuda a perfeccionar el lenguaje, mejora la expresión, el vocabulario y la ortografía; incrementa las relaciones humanas y favorece la empatía; facilita la exposición del pensamiento y la capacidad deductiva; activa las funciones mentales agilizando la inteligencia; abre la imaginación y creatividad. Recuerde, la carencia de cultura e ilustración da lugar a conductas anodinas, súbditas y sometidas a mensajes paralizadores.

Todos los mecanismos que involucren un entrenamiento crítico serán bienvenidos en una colectividad indiferente, intelectualmente “parapléjica”, conformista y, además, manipulada por medios de comunicación, políticos, líderes de opinión, contenidos publicitarios, estereotipos y otros componentes que contribuyen a su creciente estancamiento.

Fomentar la “crítica” es una tarea que se nutre, principalmente, del ejemplo de los padres, quienes tienen una influencia explícita para moldear a sus hijos y, por lo tanto, pueden potenciar esta destreza a fin de ayudarlos a “pensar”. La forma como se zanjan los conflictos en el hogar, la empresa y la sociedad, –sin lugar a dudas- muestra la ausencia de la “crítica constructiva”. Por el contrario, las diferencias se resuelven a través de la confrontación, alzando la voz, con imposiciones autoritarias, prepotencias y amenazas, lo que lo evidencia escasa “inteligencia emocional” (la lucidez para reconocer sentimientos propios y ajenos, y la pericia para manejarlos con sapiencia). El término fue popularizado por Daniel Goleman, en su célebre publicación “Inteligencia emocional” (1995).

De otra parte, es imprescindible establecer ciertos criterios que posibiliten la “crítica constructiva” a fin de afrontar las adversidades cotidianas de manera propicia. Se propone evitar estar molesto o cargado emocionalmente; adoptar un gesto flexible y de servicio; describir el dilema sin emitir juicio de valor; indicar cómo se siente ante el incidente, expresar sus impresiones; y, por último, preguntar cómo puede ayudar.

De modo que, como señala David Fischman en su libro “El espejo del líder”: “Es necesario tomar conciencia de que nosotros mismos tenemos mucho que mejorar. De lo contrario, estaremos escondiendo nuestras propias carencias, destacando y exagerando los defectos de nuestro personal”. Es conveniente poseer una aptitud abierta y humilde.

En todo ámbito encontramos situaciones que demandan madurez e inteligencia (entendida como la capacidad para resolver problemas). La dinámica social actual, caracterizada por su alto índice de estrés, exige conocer las implicancias de la “crítica constructiva” para encarar infortunios y entredichos en el largo caminar de la vida. Para concluir, considere las oportunas palabras del escritor español Fernando Sánchez Dragó: “La mejor crítica es la que no responde a la voluntad de ofensa, sino a la libertad de juicio”. http://wperezruiz.blogspot.com/

 

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Redactado por Wilfredo Pérez Ruiz, Docente, comunicador y consultor en protocolo, ceremonial, etiqueta social y relaciones públicas. 

14 de Febrero 2022, Perú 

Categoría: Profesionalismo

Referencia: WP14022021EP

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PALABRAS MÁGICAS: “POR FAVOR” Y “GRACIAS”

Desde pequeños hemos sido instruidos para recurrir a estos dos vocablos. Quizá nos disgustó la insistencia de nuestros progenitores cuando pedíamos algo y aseveraban: ¿Qué se dice?; y debíamos responder “por favor”. Al haberlo obtenido insistían: ¿Qué se dice?; muchas veces incómodos por la presión concluíamos “gracias”.

Desde mi punto de vista estos términos brindan afabilidad y consideración al diálogo. Su aplicación podría contribuir a mejorar la deteriorada, tensa y agobiante convivencia social que enfrentamos. Nuevamente subrayo la necesidad de aportar, con positivas acciones, a acrecentar nuestra vinculación con el entorno.

Acompañar el mensaje transmitido con un “por favor” otorga una atrayente sensación de exhortación al oído del interlocutor. Se percibe espíritu persuasivo y favorable disposición; hace sentir bien al receptor y distingue al emisor. No implica dejar de dar una orden en caso sea inevitable en razón de la jerarquía o función. Con frecuencia evoco esta propicia frase que, al parecer, cuantiosos prójimos omiten: “Trata a tu inferior, como quisieras ser tratado por tu superior”.

Su práctica exhibe aprecio hacia las personas con las que alternamos y, por lo tanto, alimenta una agradable interacción. Prescinda desmayar en su afán de invocar esta palabra. Es importante lo que nombramos y cómo lo proferimos. Tenga presente: la música tiene tanta trascendencia como la letra.

“Gracias” proviene del latín gratia que deriva de gratus (agradable, agradecido) y significa decoro y alabanza que se tributa a otro. Gratus y gratia tienen igual origen indoeuropeo. Su usanza refleja un explícito reconocimiento o retribución: sea espontáneo, sonría y proyecte una actitud encantadora.

Las buenas enseñanzas deben interiorizarse a fin de lograr que los menores sean individuos idóneos para relacionarse con éxito, crear un clima de cordialidad a su alrededor y forjar efusivos lazos con sus semejantes. Recomiendo a los padres rehuir creer que ser agradecido solo es una manifestación de óptimos modales. Ésta debe extenderse como un valor en los disímiles ámbitos de nuestras vidas.

Evite convertirse en un sujeto -como vemos en quienes laboran en atención al cliente- que saluda fríamente, muestra los dientes, recita un libreto y concluye diciendo: “en algo más lo puedo atender”. Sea cálido y emplee expresiones como: “ha sido usted muy amable, gracias”; “le estoy agradecido por su gentil deferencia”; “agradezco su tiempo concedido y le deseo un buen día”, entre otros enunciados enriquecedores. Muestre autenticidad, naturalidad y servicial disposición al dar las “gracias”.

Al recibir un regalo por un acontecimiento familiar -como natalicio, bautizo o enlace matrimonial- una convocatoria a comer o almorzar, homenaje, condolencia, un agasajo durante su viaje fuera de la ciudad o cualquier cortesía -en el quehacer personal o profesional- proceda a agradecer. Hágalo en el lapso oportuno con el propósito de transmitir delicadeza y reconocimiento; obvie obrar a destiempo.

Hay diversos modos de canalizar este sublime sentimiento imprescindible en la reciprocidad entre hombres y mujeres. En ocasiones informales a través de una llamada telefónica o emial; en acontecimientos formales escriba una esquela o carta. También, puede formular una invitación, enviar un obsequio o ramo de flores. Es un rasgo elegante y pertinente; no permitamos su extinción y, además, desestimemos apelar a múltiples ocupaciones para soslayar hacerlo. Tomémonos siempre un instante para decir con urbanidad “gracias”.

La vida está compuesta por hermosos, generosos y singulares detalles: agradecer es uno de ellos. Con seguridad su conducta será un modelo a imitar; abrirá un espacio de reflexión y persuadirá sobre este acertado comportamiento. Dejemos de cuestionar las carencias e indelicadezas, propias de nuestra lacerante realidad, para participar del reto de ofrecer nuestra conducta y decencia como ejemplo e inspiración. Seamos protagonistas del cambio que tanto demandamos.

En tal sentido, evadamos sentir el incómodo imperativo de pronunciar “por favor” y “gracias”. Su utilización debe responder a nuestra genuina identidad, estilo y empatía. Comencemos a admitirla como una característica inherente en la comunicación interpersonal en todo momento y lugar, sin diferenciar estatus o subjetividades. Insisto: la etiqueta social no se ejerce en función de estados anímicos, rangos, apegos o antojos.

La educación honra a quien la ejerce, realza la personalidad, infunde simpatía, abre nuestros espacios de acercamiento y genera un clima de armoniosa, tolerante y saludable conexión entre los seres humanos. Eludamos renunciar al desafío de enseñar con la coherencia de nuestro desenvolvimiento y la satisfacción de esparcir semillas de esperanza. Vienen a mi memoria las vigentes aseveraciones del monseñor francés Félix Dupanloup: “La educación es el arte de preparar al hombre para la vida eterna mediante la elevación de la presente”.

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Redactado por Wilfredo Pérez Ruiz, Docente, consultor en organización de eventos, protocolo, imagen profesional y etiqueta social

27 de Enero 2022, Perú 
Categoría: Etiqueta
Referencia: WP270122EE

“Somos una empresa de desarrollo de capacidades que conecta valores, culturas, organizaciones, individuos y sociedades en todo el mundo”

NUEVO AÑO: “DECÁLOGO” DE CONVIVENCIA

Al comenzar el 2022 quiero compartir un sencillo, didáctico y conveniente “decálogo” que podría ayudarnos a proyectar una postura inequívoca y amable en momentos de innegables tensiones y desencuentros como resultado de los sucesos que aquejan a la humanidad desde hace casi dos años. También existen adversidades y padecimientos, que incrementan nuestros niveles de alteración, ante los que hemos evadido estar preparados.

De allí la pertinencia de un “decálogo” que sugiero prestar atención e intentar aplicar pensando en nosotros y en el bienestar de quienes alternamos. Aprender a preocuparnos por el medio, como componente sustancial de nuestra subsistencia, engrandece el espíritu y alimenta el lazo interpersonal; experimentar la afabilidad, la ponderación y la cortesía, nos hará superiores individuos. Seguidamente mis diez recomendaciones.

Primero, tolerancia: actitud de consideración a las opiniones, ideas o actitudes ajenas, a pesar de la discrepancia. Es un elemento central para alcanzar una virtuosa sociabilidad. El ilustre Mahatma Gandhi decía: “No me gusta la palabra tolerancia, pero no encuentro otra mejor. El amor empuja a tener, hacia la fe de los demás, el mismo respeto que se tiene por la propia”.

Segundo, empatía: facultad de entender los pensamientos y emociones ajenas; es decir, ponerse en el sitio del otro y compartir sus sentimientos. No es necesario pasar por iguales vivencias, ni estar de acuerdo para interpretar a quienes nos rodean; es un proceso de comprensión, aceptación y prudencia.

Tercero, inteligencia emocional: disposición de percibir, expresar y gestionar las exaltaciones. Su interiorización marca la diferencia entre comportarse de modo aceptable y estar fuera de lugar en contextos concretos. Conlleva reconocer las propias impresiones y allana la resolución de problemas. Tiene una utilidad irrebatible cuando atravesamos elevados índices de intranquilidad.

Cuarto, valores: normas que orientan la conducta; una suerte de “faro” inspirador del camino acertado que debemos emprender. En tal sentido, constituyen el marco determinante de nuestras acciones positivas; su aplicación exige categórica entereza, constancia y coherencia. Aseguran nuestro certero proceder en todos los campos de la actividad humana.

Quinto, sentido común: conocimientos lógicos acumulados a lo largo de la experiencia de vida y cuya validez es aceptada por nosotros. Es una especie de “sétimo sentido” capaz de advertirnos de lo bueno o malo y, en consecuencia, cómo obrar y juzgar razonablemente situaciones cotidianas.

Sexto, pertenencia: identifica e integra a los grupos o colectividades con el propósito de asumir un conjunto de inquietudes, ideales y aspiraciones. Permite crecer y comprometernos con asuntos de nuestro hábitat. Fomentará nuestra adhesión y participación con la comunidad y, asimismo, al desarrollo de acciones tendientes al bien público. Demuestra nuestras convicciones ciudadanas.

Sétimo, solidaridad: uno de los principios más trascendentes que suscita nuestra sensibilidad y reacción ante el padecimiento ajeno. Alienta la empatía, incrementa la autoestima y los estándares de realización; posibilita forjar un vínculo de cohesión en una sociedad afectada severamente por la indolencia, la apatía y el individualismo.

Octavo, cultura: componente importante en nuestra evolución como seres lúcidos y aptos para concebir el mundo. Aviva el análisis crítico, promueve notable sapiencia, acrecienta aptitudes sociales y sobresaliente comprensión de la diversidad humana. Es una fuente inagotable y aleccionadora de enriquecimiento.

Noveno, educación: proceso en el que hemos sido formados -en nuestras diversas etapas- y las características de la manera de comportarnos y relacionarnos. Expresa la dimensión de nuestra destreza para coexistir y abre nuevas puertas en la vinculación laboral, personal, etc.

Décimo, comunicación asertiva: revelar nuestros pensamientos, sentimientos y creencias con criterio empático, firmeza y persuasión. Implica renunciar a cualquier manifestación de sumisión y agresividad. Es una cualidad que evidencia excelsas habilidades blandas, sólida educación, razonable seguridad y coadyuva excelentes enlaces interpersonales.

Anhelo un amanecer de ilusiones, introspecciones, proyectos e intenciones que permanezcan latentes más allá de habituales y efímeros regocijos. Tengo la esperanza que, más temprano que tarde, prevalezcan las benévolas conciencias. Tomemos la decisión de echar, con entrega y sin desmayos, los cimientos de una comunidad en la que predomine la concordancia, la deferencia y el amor.

Al respecto, reitero lo planteado en mi artículo “Mis reflexiones de fin de año” (2020): “Hagamos un esfuerzo honesto para aceptarnos y concebir una armoniosa reciprocidad enmarcada en la convivencia, el respeto y el entendimiento; alejada de discriminaciones, marginaciones, prejuicios, agrestes enfrentamientos y ausencias de buenos modales. Convendría proponernos ser mejores hombres y mujeres y, especialmente, protagonizar el cambio que exigimos. Hagamos de cada acto, por más pequeño que sea, un referente de inspiración”.

Saludo con renovados entusiasmos a los prójimos de buena voluntad que brindan su genuina contribución a la ansiada construcción de una colectividad capaz de interiorizar la coexistencia armónica, el apego al semejante y la paz como sublimes e imperiosos empeños. Actuemos con racionalidad, benigna corrección y sensatez: estaremos haciendo viable el ansiado sueño de un mundo mejor. ¡Felicidades, augurios y alegrías! http://wperezruiz.blogspot.com/

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Redactado por Wilfredo Pérez Ruiz, Docente, comunicador y consultor en protocolo, ceremonial, etiqueta social y relaciones públicas

05 Enero 2022, Perú 

Categoria: Etiqueta de Negocios

Reference: WP040121EN

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EL AÑO NUEVO EN RUSIA

Todos los rusos conocen el axioma: “¡Tal como celebres el Año Nuevo, así pasarás el año!” Como resultado, el Año Nuevo es la fiesta principal del año en Rusia. Y no importa lo grandiosa que sea la Navidad, el Año Nuevo para una persona rusa es más importante que cualquier otra festividad, incluso una tan grande como la Navidad. El Año Nuevo es una combinación de las tradiciones navideñas, el Año Nuevo en sí y el solsticio de invierno.

En 1929, las autoridades soviéticas cancelaron las decoraciones de árboles de Navidad y Año Nuevo, que fueron declaradas costumbres “sacerdotales”. También se abandonó la celebración del Año Nuevo. Pero, se restableció después del artículo de Pavel Postyshev “¡Organicemos un hermoso árbol de Navidad para los niños por el Año Nuevo!” Sin embargo, fue hasta 1949 que el 1 de enero se convirtió en un día festivo oficial.

Hoy, los preparativos para las fiestas comienzan a mediados de diciembre. Calles, edificios y comercios se adornan con guirnaldas, juguetes y carteles; Los árboles de Navidad decorados aparecen en las calles de las ciudades. En cada ciudad, pueblo o aldea hay, en la plaza central, grandes árboles de Navidad iluminados con guirnaldas eléctricas. Alrededor del árbol se colocan encantadoras esculturas de hielo centelleantes, muñecos de nieve y figuras de Abuelo del Frío y Snegúrochka (Doncella de Nieve).

El Año Nuevo en Rusia es imposible sin un par de personajes mágicos: Abuelo del Frío y Snegurochka. El generoso Abuelo de los Fríos y su fabulosa nieta, compañera y asistente Snegurochka, vienen a desear a los niños un Feliz Año Nuevo y a darles los regalos tan esperados. Por cierto, ¡los adultos también están esperando a estos personajes!

Al mismo tiempo, las casas también están decoradas con árboles de Navidad, que la gente compra en los bazares de abetos o tala en el bosque. Los árboles de Navidad se mantienen tradicionalmente en las casas hasta el 13 y 14 de enero, cuando los rusos celebran el Año Nuevo de estilo viejo.

Inicialmente, los árboles de Navidad estaban decorados con juguetes de madera, frutas, nueces y dulces. Las decoraciones de vidrio se pusieron de moda un poco más tarde, a partir de 1850. Los árboles de Navidad modernos están decorados con bolas de cristal y juguetes, guirnaldas y oropel. Figuras de Abuelo del Frío y Snegurochka, junto con los regalos de Año Nuevo, se esconden debajo del árbol. Algunas familias contratan al Abuelo del Frío y Snegúrochka “en vivo”, quienes traen regalos a los niños bien educados.

La celebración comienza alrededor de las 11 pm cuando la familia se sienta para una cena festiva. Poco antes de las 12 de la noche, se hace un brindis por el “año viejo que pasa”, en el que se rinde tributo a las cosas buenas que trajo. En Rusia, es costumbre escuchar los discursos del presidente en televisión y radio. El presidente tradicionalmente resume los resultados del año pasado y felicita a los ciudadanos rusos por el Año Nuevo en todos los canales de televisión.

Después del discurso, exactamente a la medianoche, el país escucha las campanas del Kremlin, que marca el comienzo del Año Nuevo. El timbre va acompañado del himno nacional.

En estos emocionantes momentos, todos beben champán y se desean un feliz año nuevo. Después de eso, a muchas personas les gusta salir a la calle para lanzar todo tipo de fuegos artificiales y luces de bengala.

Un elemento importante de la celebración de las vacaciones de Año Nuevo en Rusia es la presencia de mandarinas en la mesa. Presumiblemente, la tradición de tener mandarinas en la mesa de Año Nuevo fue iniciada por el último zar de Rusia, Nicolás II. Desde entonces, las mandarinas son imprescindibles en la mesa de Año Nuevo en Rusia, junto con la ensalada Olivier.

La ensalada de Olivier es más conocida que su creador, Lucien Olivier, a quien la gente generalmente no conoce. De hecho, la famosa ensalada tiene una sólida reputación en otras partes del mundo. En América Latina, la gente está loca por ella, la llaman “ensalada rusa”. En Rusia, el amor por la ensalada Olivier es indescriptible: la mesa de Año Nuevo, literalmente, es imposible sin ella. La tradición de preparar esta ensalada para la mesa festiva llegó en la época soviética. Las tiendas no tenían tanta variedad de productos como en la actualidad, por lo que a las amas de casa les encantó la receta, que consistía en productos fáciles de encontrar en cualquier tienda a un precio razonable.

La mesa de Año Nuevo en Rusia también está siempre decorada con sándwiches tradicionales, con caviar rojo y champán.

Para muchos rusos, esta fiesta es familiar. Por eso existe la tradición de celebrarla en casa con la familia y amigos cercanos. En esta noche, tradicionalmente, se escuchan los brindis: los resultados del año que termina y las felicitaciones y deseos de lo mejor para el año que viene. Solo después de escuchar las campanadas, y felicitar debidamente a todos los seres queridos en vivo y por teléfono, los rusos van a la plaza central o a una fiesta para divertirse.

Hay una serie de creencias asociadas con la celebración del Año Nuevo. El dicho más famoso dice: “Como celebres el Año Nuevo, así lo pasarás”. Por eso, todos hacen todo lo posible para celebrar esta fiesta decisiva con diversión y en la cálida compañía de amigos y familiares.

También dicen que es necesario “dejar todas las deudas para el año anterior”, es decir, pagar las deudas antes del comienzo del año siguiente. En la víspera de Año Nuevo, se debe usar ropa completamente nueva, que, en el mejor de los casos debería ser de “colores felices”, como se desea que sea el próximo año.

Uno de los elementos más significativos e impresionantes de la víspera de Año Nuevo es pedir deseos. La gente cree que los mayores deseos hechos en la víspera de Año Nuevo ciertamente se harán realidad. Existe un método único para pedir deseos, que ofrece una garantía de cumplimiento de casi el cien por cien: mientras las campanas dan las doce, es necesario escribir un deseo en un papel, quemarlo en una vela, mezclar las cenizas en una copa de champán y beberlo antes de que las campanillas dejen de sonar.

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María Pavlova, Experta en etiqueta, comportamiento social e historia del Arte 

17 Diciembre 2021, México

Categoria: Etiqueta

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LA ETIQUETA SOCIAL EN LA NAVIDAD

La tradicional conmemoración de la Natividad no está ajena a la aplicación de importantes y elementales pautas de comportamiento. En tal sentido, conviene advertir su especial realce en un acontecimiento de tan magna trascendencia y, en consecuencia, he creído conveniente presentar diez “mandamientos” encaminados a exhibir excelsa convivencia colectiva durante esta efeméride.

Primero: haga llegar por sus redes sociales o mediante las tradiciones tarjetas impresas un saludo a sus allegados. Aconsejo obviar colocar vocablos gastados y poco creativos como: “Feliz Navidad y Próspero Año Nuevo”. Sea original, efusivo y espontáneo. También, prescindir efectuar comunicaciones eufóricas que agobien a quienes están comiendo o duermen.

Segundo: es recomendable rehuir realizar regalos onerosos. Pueden generar reacciones de contrariedad y desagrado. Es una celebración cristiana; sortee contribuir con su desatino a incrementar el consumismo. Obsequiar sólo por “cumplir”, lo hará quedar mal. A mi parecer, éste debe tener un espíritu simbólico.

Tercero: durante la cena de medianoche saboree los alimentos simulando estar falto de hambre e ingiera los líquidos aparentando carecer de sed; proceda con calma, serenidad y ponderación. Hay quienes parecieran no haber merendado en días. Nunca tome el trozo más grande, eluda insinuar su apetito y servirse de manera exagera.

Tampoco emita comentarios inelegantes y soslaye preguntar el precio del banquete, la receta o el lugar donde fue adquirido. Un punto imprescindible: decline colocar su celular como “cubierto”; apáguelo y goce de un instante agradable y apacible. Contribuya con su cordura a una velada amena y alejada de incorrecciones. Su desenvolvimiento en la mesa confirma su educación, sentido común, naturalidad e interacción. Desista incurrir en el habitual desatino de “brindar” cada vez que desea beber una copa de licor. El “brindis” solo lo hace el dueño de casa, cuando lo crea conveniente, por el motivo del encuentro.

Cuarto: si acostumbra visitar amigos y familiares, acuérdese de anunciar previamente su deseo de congratular personalmente y esquive acudir en horas coincidentes con las comidas. No se invite a sí mismo, a pesar del íntimo acercamiento imperante. Diferénciese por su prudencia y delicadeza.

Quinto: en estos días es frecuente encontrarnos en lugares públicos, centros de trabajo, etc. con personas ansiosas de compartir sus “planes navideños”. Si determinados prójimos de su entorno atraviesan complicaciones o situaciones adversas, inhíbase de orientar la plática hacia estos temas. Sea respetuoso de los padecimientos ajenos; existen personas dolidas emocionalmente por la pérdida de un ser querido, entre varias razones que inspiran congoja.

Sexto: cuando reciba una invitación lleve un obsequio y/o algún postre o licor para compartir con el resto de comensales. Es un gesto distinguido y acertado. Si fuera posible indague en relación a los gustos y preferencias de los anfitriones. Estos detalles son gratificantes expresiones de consideración y definen su personalidad.

Sétimo: agradezca a través de una llamada telefónica o correo electrónico las cortesías, presentes o atenciones recibidas. Dar las “gracias” es una enaltecedora demostración de finesa poco practicada en una sociedad agobiada por lacerantes inopias. Dignifica y enriquece nuestro vínculo humano: marque el contraste y predique con su sensato actuar.

Octavo: cultive la puntualidad y prescinda culpar de su demora a la aguda congestión vehicular y a las diligencias de esta época del año. Ande precavido y planifique sus quehaceres con antelación. Evidenciará afables modales y óptimo nivel de organización. Por cierto, su práctica incluso supone elegir el momento de retirarse. Proceda con un mínimo de pertinencia y acierto.

Noveno: la quema de cuetes y luces de bengala recomiendo hacerlo en horas apropiadas. Recuerde: sus derechos terminan donde empiezan los ajenos. Sea comedido y prevenga generar ruidos molestos valiéndose del jolgorio general. Aprenda a cohabitar en armonía y “no hagas a otro, lo que no quieres que hagan contigo”.

 

Décimo: evada fomentar conversaciones encaminadas a competir sutilmente sobre el regalo de la esposa, el novio, etc. Es común encontrar hombres y mujeres encantados de revelar sus costos e interrogan acerca de estas usuales frivolidades. Ello puede originar incomodidades; sea discreto y empático.

Mis augurios a los hombres y mujeres que anhelan un mundo pleno de ideales, esperanzas, ilusiones, perseverancias, optimismos y alegrías.

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Redactado por Wilfredo Pérez, Docente, comunicador y consultor en protocolo, ceremonial, etiqueta social y relaciones públicas

17 Diciembre 2021, Perú 

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PRESENCIA REMOTA ¿CAMBIO DE PARADIGMA?

VIRTUAL- DIGITAL ¿CAMBIO DE PARADIGMA?

La  pandemia, nos puso en jaque nuestra forma de vida doméstica y laboral y  afecto  nuestra presencia física en diferentes ámbitos. Esto  despertó mi interés en investigar  los vocablos que utilizamos a diario.

¿Es lo mismo digital, virtual y remoto?

Y nos  ha obligado a cambiar ciertos paradigmas en el trabajo, la educación y  las comunicaciones interpersonales. La videoconferencia como Zoom, entre otras ganó popularidad y    efectividad para interactuar. La tecnología con  el trabajo remoto  (home office) y  la realidad aumentada como en la realidad virtual podrían allanar el camino para experiencias más ricas, pero estos términos son sinónimos, según la RAE (Real Academia Española).

VIRTUAL  del latín virus, ‘virtud’.

Lo virtual tiene virtud para producir un efecto, aunque no de presente, sino en oposición a efectivo o real.

Son  escenas u objetos de apariencia… que no es real.

La realidad virtual sumerge al usuario en una simulación  mediante dispositivos interactivos (gafas),

Denominada ciberespacio, esta es generada por sistemas informáticos, que proyectan al usuario la sensación de estar.

REMOTO  del latín ‘, apartar’.

Lejano. Que tiene parece verdadero, creíble por no ofrecer falsedad.

Lo remoto existe, se encuentra en algún lugar y tiene cuerpo,

Y estas son remotas,  mientras que las plataformas o ámbitos que se utilizan para esas presencias son virtuales.

Entonces presencia virtual y remota no es lo mismo. Siempre que haya  presencia humana a distancia es  remota y  lo virtual es el medio o plataforma para comunicarse o interactuar.

DIGITAL   es   procesamiento de datos y señales (internet).

Muchos profesionales e investigadores coinciden  que cuando nos referimos a una persona física (humana), la presencia es remota, porque esa persona es la que puede comunicarse y desplazarse por una pantalla,

CONCLUSIÓN

Adaptarnos a los nuevos tiempos, lleva ínsito el hablar y escribir con propiedad y rigurosidad.

Es un tiempo de cambios de paradigma, debemos ser permeables a  éstas “nuevas modalidades”, que han venido para quedarse, independientemente  si todos tenemos las mismas oportunidades para acceder a las ellas.

 No sólo de una cuestión semántica. Su uso incorrecto puede llevar a confusiones, con consecuencias jurídicas e inclusive ser pasible de estafas.

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Redactado por Francisco G. CUFFARO, Profesional de eventos, ceremonias y protocolo 

17 de Noviembre 2021, Argentina 

Categoría: Etiqueta

Referencia: FC171121EN

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