Más allá de la relevancia o irrelevancia de la etiqueta y el protocolo desde un enfoque empresarial millenial. Considero que si hay un tema de vital importancia para los negocios que sigue muy vigente hasta nuestros días y que vale la pena divulgar. Que es “la inteligencia cultural“.
La inteligencia cultural, es uno de los grandes retos de la humanidad y sobre todo uno de los principales obstáculos en el mundo de los negocios.
Entender la importancia de la comunicación intercultural en los negocios internacionales es un tema de suma relevancia para las personas que desean tener éxito con sus proyectos a nivel internacional.
Ya que, a pesar de vivir en una era digital, híper-conectada y colaborativa donde a veces pareciera que el mundo se rige por una cultura global única. Las diferencias culturales y la percepción de la realidad entre las naciones y las personas siguen muy presentes, incluso dentro de un mismo país.
Por ello, es importante conocerlas y comprenderlas para lograr construir relaciones comerciales exitosas.
Desde mi perspectiva existen factores clave que determinan el éxito de la comunicación intercultural efectiva en los negocios, empezando por la apertura de pensamiento (no prejuicios, no paradigmas), la capacidad de adaptación a diferentes contextos, la imitación, y sobre todo la capacidad de relacionarse con personas diferentes de cultura y pensamiento.
“Las naciones como las personas no son peores o mejores que otras, solo diferentes y únicas”.
Es de suma importancia que antes de aventurarnos a iniciar negocios en el extranjero, tengamos la oportunidad de conocer a fondo la cultura de nuestros posibles socios comerciales y si es posible contar con colaboradores internos originarios de ese país, ya que solo ellos son capaces de comprender completamente los sentimientos y necesidades del cliente en base a los valores y rituales culturales de su propio pueblo.
Y sobre todo nunca olvidar que trabajamos con personas, que la comunicación efectiva va más allá del dominio oral y escrito de los idiomas, es algo más complejo. Se trata de conectar con las personas a través de sus creencias, emociones y valores.
Por esta razón, el éxito de los negocios radica en comprender los sentimientos, valores y necesidades de la sociedad donde se pretende incursionar y por supuesto de nuestros clientes.
“Un cliente conectado y satisfecho con nuestro proyecto, es un cheque al portador y nuestro mejor canal de promoción”.
Para concluir me gustaría citar las palabras del Dr. Uh Sung Kim, catedrático de la Universidad de Estudios Extranjeros de Busán, Corea del Sur con respecto a este tema:
Para el ámbito empresarial, “Las diferencias culturales entre los pueblos adquieren demasiada relevancia” debido a que desconocer los sistemas de valores propios a cada cultura, que se manifiestan en actitudes y comportamientos distintos, pueden derivar en malentendidos que ocasionan problemas”.
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