VIRTUAL- DIGITAL ¿CAMBIO DE PARADIGMA?
La pandemia, nos puso en jaque nuestra forma de vida doméstica y laboral y afecto nuestra presencia física en diferentes ámbitos. Esto despertó mi interés en investigar los vocablos que utilizamos a diario.
¿Es lo mismo digital, virtual y remoto?
Y nos ha obligado a cambiar ciertos paradigmas en el trabajo, la educación y las comunicaciones interpersonales. La videoconferencia como Zoom, entre otras ganó popularidad y efectividad para interactuar. La tecnología con el trabajo remoto (home office) y la realidad aumentada como en la realidad virtual podrían allanar el camino para experiencias más ricas, pero estos términos son sinónimos, según la RAE (Real Academia Española).
VIRTUAL del latín virus, ‘virtud’.
Lo virtual tiene virtud para producir un efecto, aunque no de presente, sino en oposición a efectivo o real.
Son escenas u objetos de apariencia… que no es real.
La realidad virtual sumerge al usuario en una simulación mediante dispositivos interactivos (gafas),
Denominada ciberespacio, esta es generada por sistemas informáticos, que proyectan al usuario la sensación de estar.
REMOTO del latín ‘, apartar’.
Lejano. Que tiene parece verdadero, creíble por no ofrecer falsedad.
Lo remoto existe, se encuentra en algún lugar y tiene cuerpo,
Y estas son remotas, mientras que las plataformas o ámbitos que se utilizan para esas presencias son virtuales.
Entonces presencia virtual y remota no es lo mismo. Siempre que haya presencia humana a distancia es remota y lo virtual es el medio o plataforma para comunicarse o interactuar.
DIGITAL es procesamiento de datos y señales (internet).
Muchos profesionales e investigadores coinciden que cuando nos referimos a una persona física (humana), la presencia es remota, porque esa persona es la que puede comunicarse y desplazarse por una pantalla,
CONCLUSIÓN
Adaptarnos a los nuevos tiempos, lleva ínsito el hablar y escribir con propiedad y rigurosidad.
Es un tiempo de cambios de paradigma, debemos ser permeables a éstas “nuevas modalidades”, que han venido para quedarse, independientemente si todos tenemos las mismas oportunidades para acceder a las ellas.
No sólo de una cuestión semántica. Su uso incorrecto puede llevar a confusiones, con consecuencias jurídicas e inclusive ser pasible de estafas.
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