La imagen personal se compone de un conjunto de cualidades tangibles e intangibles asociadas a la identidad de los seres humanos, que se manifiestan desde el momento mismo del nacimiento; vinculadas a un constante desarrollo a partir del conocimiento, las experiencias vividas y los cambios físicos y psicológicos que experimentamos a lo largo de nuestra vida; dicho de otra manera, la imagen evoluciona.
La asociación de estas cualidades brinda a cada persona la posibilidad de crear un perfil general de reconocimiento, a través de su temperamento, sus emociones, la forma en que viste, la manera en que habla, su tono de voz, las palabras que emplea, la velocidad de su discurso, sus movimientos corporales y comportamientos, entre otras variables.
En la actualidad, el estudio de la imagen permite a las personas a través de un ejercicio de introspección, conocer y articular los rasgos de identidad que gravitan alrededor de su esencia (del latín essentia; cualidad que hace a algo ser lo que es) y ser reconocida como la parte medular en la que se centra la autoimagen, para posteriormente proyectarla mediante un vasto número de recursos y estímulos que son percibidos por todas aquellas personas con las que interactuamos en los distintos círculos sociales tanto personales como profesionales.
La consultoría en Imagen es reconocida como una actividad profesional relativamente nueva, cuyo propósito es el estudio de relación sincrónica y coherente de los elementos que dotan de identidad al ser, así como la proyección y percepción de estímulos diversos. La base teórica de la imagen bajo el paradigma actual se sustenta más en la filosofía que en la mercadotecnia, condición que guía a la reflexión del ser para responder a cuestionamientos milenarios como: ¿Quién soy? y ¿Cuál es la razón de mi existir? Podemos afirmar entonces que la importancia de la imagen estriba en el acto consiente de reconocer nuestra individualidad y diversidad como principio fundamental que le da sentido nuestra existencia.
El consultor de Imagen es un estratega cuya responsabilidad primordial es ayudar a las personas a reconocer y conectar todos estos elementos de identidad internos y externos, mediante una adecuada gestión de recursos, como son el manejo de las emociones, el desarrollo de más y mejores habilidades de comunicación, la expresión de recursos verbales y corporales, un adecuado empleo de las prendas a partir de las texturas, formas y colores que correspondan al estilo y morfología de cada persona, la selección de la paleta cromática más favorable o incluso el comportamiento que debemos adoptar bajo protocolos específicos que enmarcan las relaciones laborales e institucionales o incluso en eventos sociales como reuniones, celebraciones, entre otros.
Es responsabilidad del profesional de la imagen erradicar los viejos estereotipos que la asocian con una práctica banal, superficial y limitada a los recursos de la apariencia. El nuevo paradigma de la Imagen la encamina a constituirse como una disciplina emergente, con una metodología holística, que busca bajo toda circunstancia el desarrollo, el crecimiento personal y profesional de cualquier ser humano sin excepción, sustentando en todo momento la idea de que somos únicos y valiosos por el hecho de existir.
Share this article